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Sí pero no. ¡Cómo usar las palabras “pero” y “no” sin ni siquiera decirlas! por Pilar Ortiz

La comunicación es la aliada número uno del liderazgo. Su rol es determinante en el desarrollo de la cultura organizacional, la asignación de tareas y el bienestar del equipo. Sin embargo, muchas veces como líderes, le restamos poder y le damos mayor relevancia a la búsqueda de resultados que al proceso mismo. 

El lenguaje, las afirmaciones y negaciones que usamos, además de la claridad con la que nos expresamos, nos permiten direccionar la comunicación a un ambiente de mayor fluidez y efectividad. No queremos ser líderes encerrados en el “no”, pero tampoco desestimar su uso claro y directo. Mucho menos en convertirnos en los que tienen un “pero” para todo. 

¿Entonces, cómo dar respuestas asertivas sin perder autoridad y decirle sí a todo?

La comunicación en acción es lo que yo llamo la habilidad de activar respuestas y conductas de una forma estratégica y sutil. La carga semántica de algunas palabras definitivamente influye en la percepción y recepción del mensaje. 

No es lo mismo decir “no puedo dar respuesta a tus inquietudes ya”, a decir, “sí claro, apenas tenga un espacio, responderé tus preguntas”. ¿Percibes la diferencia? ¿Sientes un tono más ameno y cercano? Es evidente que podemos dar a entender lo mismo de diferentes maneras, unas más empáticas que otras. 

Así mismo, el “pero” puede relacionarse con negación y negativismo. ¿Qué tal si cambiamos ese “pero” por un “y”? Hacerlo le resta carga negativa a la expresión, sin dejar de transmitir el mensaje original. 

“Estamos reestructurando la organización, pero no habrá aumento de sueldos”. Es rudo, directo y no da espacio a la conversación

Y si lo decimos de esta forma: “Estamos reestructurando la organización y por ahora no habrá aumento de sueldos”. Es más empático, tiene más en cuenta al interlocutor y deja abierta una posibilidad. 

¿Si lo percibiste? Dijimos que no habrá aumento de sueldos en el momento con una afirmación en positivo y le quitamos esa carga negativa a la expresión del “pero”. 

Podemos ser directos y claros, sin dejar de ser cercanos y empáticos. En el proceso comunicativo usar estratégicamente el lenguaje nos permite construir las bases de una comunicación asertiva y activa, una comunicación que genere acciones y relaciones positivas y no solo la transmisión de un cúmulo de información. 

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