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¿Ves el cambio como amenaza o como oportunidad? por Pilar Ortiz

 

Imagínate el siguiente escenario. Eres un profesional, preparado, con años de experiencia y con unas aspiraciones claras dentro de tu empresa. Haz trabajado fuerte para posicionarte dentro de la compañía y te has hecho indispensable. De pronto, llega tu jefe con la noticia de que has sido ascendido. ¡Woow, tu oportunidad de oro por fin llegó! 

Sin embargo, llegas a tu puesto de trabajo y caes en sí. ¡Vas a estar en el cargo que siempre soñaste! Pero, de inmediato llega el pensamiento que lo daña todo... “¿Y si no doy la talla?” “Creo que no sabré cómo manejar eso” “¿Y si termino perdiendo lo que ya tengo por aceptar esto que desconozco?”

Todos vieron tu potencial, para todos eres el indicado, menos para ti… ¿Curioso no?

Este escenario viene de casos de la vida real, casos de clientes que tienen un curriculum maravilloso, pero que están tan atemorizados de dar el siguiente paso que empiezan a dudar de sus propias capacidades. 

Y aquí no quiero hablarte del síndrome del impostor, sino más bien de la forma cómo percibimos las circunstancias y los pensamientos limitantes que consentimos en nuestro pilar interno. 

Es normal sentir miedo ante una situación de cambio, lo entiendo completamente. Pero, ¿Y si más bien le damos la vuelta a esos pensamientos y decidimos ver estos cambios como oportunidades, retos y momentos únicos? 

Todo se trata de qué lentes usamos en medio de las situaciones. ¿Son los lentes del negativismo y el “no puedo”, o los lentes de las oportunidades y el “voy a intentarlo”?

Y esa es mi invitación de hoy. Sé que estás asustado, que tomar ese paso, decir sí aceptó, moverte a un nuevo campo o cualquiera que sea tu situación; te ha despertado un sin fin de pensamientos e inseguridades, pero no te quedes ahí. Tienes la opción de ver el cambio como una oportunidad que, en tu lugar, todos quisieran tener, y que además te enseñará y equipará con nuevas herramientas para la vida. 

Quizás hoy el esfuerzo para desenvolverte con confianza en ese nuevo lugar sea mayor, pero eso es maravilloso, es la posibilidad de expandir tus conocimientos y habilidades. ¿No crees que todo se ve mejor bajo esta óptica? Seguro que sí. 

Además, quiero que tengas la certeza de que no estás solo. Siempre puedes buscar la ayuda de alguien que vea la etiqueta fuera de la botella. Y ese alguien puede ser un coach. Un coach que te ayude con tu mentalidad, con tus habilidades de liderazgo o de comunicación. Un coach que te apoye en los momentos de vulnerabilidad y que refresque tu perspectiva de las cosas. 

Si este es tu caso, puedes hacerlo, y yo quiero y sé que puedo ayudarte. 

 

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