Regresar

3 pasos para reprogramar tu mente por Pilar Ortiz

Los pensamientos son motores que si no funcionan a tu favor te paralizan y limitan tu potencial. Cada conversación interna que tienes impacta tus decisiones, resultados y calidad de vida. 

Recuerdo a una de mis clientas, una mujer brillante, pero que tenía una información negativa sobre ella misma, la cual repetía en sus pensamientos diarios. En el momento en el que trabajamos para cambiar esa forma de pensar, todo mejoró, sus resultados como profesional, su paz mental, etc. Ella que se sentía incapaz de reconocer su valor como profesional y por eso regalaba su trabajo, empezó a cobrar por lo que hacía gracias a un ajuste en sus pensamientos. 

¿Te gustaría esto para ti? Pues bien, hoy te daré 3 pasos para que empieces a reprogramar tu mente y pensamientos

1. Reconoce que tipo de pensamientos tienes: No se puede cambiar aquello de lo que no eres consciente. El primer paso para ajustar es identificar cuáles son los pensamientos más frecuentes, ¿son positivos, son negativos? ¿Son de queja o agradecimiento? ¿De duda o de confianza? No los juzgues. 

Para esto, puedes monitorear con atención plena lo que piensas durante una o dos semanas.

2. Identifica las creencias detrás de los pensamientos: Las creencias pasan de generación en generación y hasta varían de acuerdo a la cultura. Hay una que te limita y hay otras que te impulsan. Al final todas las creencias son el fundamento de los pensamientos. 

Cuando logras derribar las creencias detrás de los pensamientos, tendrá mucho más sentido cambiar los pensamientos.  

3. Cambia tu rutina: Los pensamientos se alimentan de factores internos (creencias) y factores externos. Lo que sucede a tu alrededor son materia prima para tu mente. La pregunta es, ¿lo que escuchas, lo que ves, lo que lees te alimenta de forma positiva o de forma negativa

He escuchado de muchas personas que tienen constantemente pensamientos de comparación, pero pasan horas viendo redes sociales y las vidas, aparentemente, perfectas de otros. ¿Esto no es alimento para esos pensamientos? Claro que lo son. 

Revisar tu rutina y reducir el tiempo que le dedicas a actividades que no te aportan es de gran ayuda.

Blog anterior

El poder de una sonrisa por Pilar Ortiz

Haz clic aquí